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El germen de la barbarie

Por Silvia Szwarc

Me parece oportuno recordar El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma, lo cernido al final en el que J. Lacan concluye:

“Un hombre sabe lo que no es un hombre.

Los hombres se reconocen entre ellos por ser hombres.

Me apresuro a declararme hombre, por temor de que me convenzan de lo contrario”1.

Y ubica allí al germen de la barbarie.

Se trata, al parecer, de un dato de estructura: el grupo cualquiera sea se constituye exclusión mediante.

Atizado el aserto en un discurso político permite localizar un enemigo.

Distintos intelectuales (Roberto Espósito, Agamben, Cacciari, Negri, Paolo Virno, Mouffe, Laclau entre otros) van a referirse a Carl Schmitt2 para pensar lo político, ya sea para polemizar o para retomarlo.

Y se trataría de volverlo a pensar, luego del fracaso del ‘socialismo real’.

Chantal Mouffe hace explícita su referencia a Carl Schmitt del que toma sus principales categorías.

Mientras Laclau, no hace referencia explícita a Carl Schmitt, excepto el uso de sus categorías amigo/enemigo transformadas en nosotros/ellos.

Chantal Mouffe, en El retorno de lo político, cita en calidad de coautora junto a Laclau a Hegemonía y estrategia socialista, la lógica que ambos comparten.

El pluralismo consiste, en incluir distintos fragmentos sociales, que resultan de la globalización a partir de sus diferencias y respetándose mutuamente al converger en una identidad política común como ciudadanos democráticos radicales.

Hay pluralidad en la constitución del nosotros.

“Entiendo por esto una identificación colectiva con una interpretación democrática radical de los principios del régimen democrático”3.

Se pasa de la pluralidad al uno: sin enemigo no hay nosotros.

En La razón populista, 2005, Ernesto Laclau, desarrolla con rigor y claridad la propuesta y dónde se aproxima claramente a Carl Schmitt: de lo que se trata, luego de la globalización y la fragmentación que es su consecuencia, es de transformar la heterogeneidad que es la multitud en pueblo.

Esto no está dado de antemano. Se trata de efectuar la articulación de las diferencias y encontrar un denominador común; la articulación de la lógica de las diferencias en una lógica equivalencial, divide el campo político, no sin un discurso que lo haga existir.

Pueblo y enemigo se constituyen en simultaneidad, ni bien la brecha que los separa es situada como efecto de lógicas equivalenciales divergentes.

Si entre el “no pienso o no soy”, la elección forzada es el “no pienso”, es decir “el no querer saber nada de eso”, la pendiente inercial conduce al acting out y al pasaje al acto.

Ubicaría la corrupción de la palabra, al uso que se haga de la misma a fin de activar esa pendiente inercial, en lugar de contrariarla.

Así la democracia, subrayaba J. A. Miller es el criterio de protección de la minoría, aún más que el gobierno a través de la mayoría4 presuposición de una palabra que pueda entrar en un movimiento dialéctico y de diálogo y que respete toda posición subjetiva.

Silvia Szwarc es psicoanalista, reside en Buenos Aires.

Miembro de la EOL y de la AMP Analista practicante Zadig Nudo La libertad del deseo Subnudo Las pendientes totalitarias del populismo.

* Trabajo presentado en la II Conversación Zadig Argentina 29/11/18.

Notas bibliográficas:

[1] Lacan, J., “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma.”, en Escritos, Buenos Aires, Siglo XXI.

2 Schmitt, C., El concepto de lo político. Ciencias Sociales, Alianza editorial.

3 Mouffe, C., El retorno de lo político, p. 159/160.

4 Miller, J.-A., “Elogio de Los heréticos”, en Revista Lacaniana N° 23, p. 40.

Silvia Szwarc

Fuente: http://lalibertaddepluma.org/silvia-szwarc-el-germen-de-la-barbarie/

Silvia Szwarc. Docente Causa Clínica.