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En tiempos de la tecno-ciencia: Sujeto y cuerpo

Lacan en su texto de 1953, Función y Campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis” dice:
mejor que renuncie quien no pueda reunir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas, aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico? Que conozca bien la espiral a la que su época lo arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su función de intérprete en la discordia de los lenguajes”. Esta referencia nos plantea un desafío. Nuestra práctica se desenvuelve en el marco de una sociedad y una época que cambia, donde mercado y ciencia toman el comando del discurso reduciendo el espacio de subjetividad.

En la actualidad los imperativos de rendimiento-éxito que propone la subjetividad neoliberal eluden el concepto de Sujeto y sus determinaciones inconscientes, tomando un lugar radical el discurso capitalista. En este discurso el sujeto se ha convertido en un ente que no depende de nada, solo está allí para que se conecten los lugares, eludiendo de este modo la castración, en una circularidad donde todo es posible. Vale decir que la lógica del sistema capitalista impone una voracidad, una producción sin límites y un empuje a gozar ilimitado, presentándose de este modo un sujeto consumidor-consumido.

Las figuras o modelos que propone el neoliberalismo como la de eterno deudor o el empresario de sí mismo, tienden a disolver el inconsciente, favoreciendo a la pulsión de muerte consumada en diversas manifestaciones clínicas: Ataques de pánico, depresión. Síntomas en el cuerpo: anorexia y bulimia. Dolor generalizado en el cuerpo: fibromialgias, que no incluyen una interpelación por parte del sujeto que las padece, sino una demanda en la que el sujeto no se responsabiliza de sus actos.
Asistimos también a la clínica de la precariedad social y subjetiva: desocupación, violencia social, crímenes; como los modos de la satisfacción pulsional que carecen de la tramitación en lo simbólico.

En “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo Lacan –dice: “…el Edipo…no podría conservar indefinidamente el estrellato en unas formas de sociedad donde se pierde cada vez más el sentido de la tragedia.”

Esta época va mostrando como la decadencia del nombre del padre, conjuntamente con la declinación de los ideales amenaza el discurso del psicoanálisis. Lacan en “la Proposición del 9 de octubre pronosticó que: “…nuestro porvenir de los mercados comunes encontrará su contrapesoen la expansión cada vez más dura de los procesos de segregación…” en la que el Edipo, el padre y el Ideal caerán, anticipándonos la crisis, la desintegración de la familia tradicional, así como el ascenso al omnividente tecno-mercado de los modos de gozar.
De ahí que el discurso psicoanalítico no tenga garantizado su porvenir. El descubrimiento freudiano que posteriormente desarrolló Lacan da pruebas de ello. Hay algo del orden del goce que no va a favor del sujeto, poniendo de relieve la inadecuación del mismo. Es decir que siempre hay una distancia entre el goce que hay y el que falta.

Ahora bien, cómo orientarnos entonces cuando las condiciones de la práctica requieren intervenciones breves. Cuándo se trata de una urgencia, ¿dejamos qué de eso se ocupen las TCC?
Es alrededor de estos nuevos modos de gozar que se constituyen algunas respuestas que da la ciencia, confeccionando una serie de trastornos que son establecidos por los comités de expertos, su máxima expresión fue el DSM V.

Otro ámbito es el cognitivismo ocupando cada vez más un papel preponderante, con su intento de normalizar o corregir, con la creencia de que a través de la educación el síntoma puede ser tratado.
La cura analítica es una experiencia singular en la que cada sujeto encontrará un modo de solución con lo que hay, con los recursos de los que se sirve.
Los desafíos de la época requieren que desde la orientación freudiana-lacaniana podamos demostrar, con la casuística, la investigación clínica y el control, que es posible lograr efectos analíticos en tiempos breves, manteniendo los principios de la dirección de la cura propuestos por el psicoanálisis.
Hoy la civilización hipermoderna muestra que la trama que daba sentido, envoltura al síntoma ha perdido su lugar y los síntomas se presentan al natural.

Cómo seguir siendo el partenaire analista que soporte la práctica frente a los síntomas sin sentido que ya ingresaron en nuestro consultorio.

Bibliografía
1.   Lacan, J: “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, en Escritos I, Siglo Veintiuno, editorial, México, 1976.
2. Lacan, J: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo”, en Escritos I, Siglo Veintiuno, editorial, México, 1976, página. 332.
3. Lacan, J: “Proposición del 9 de Octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela, en Otros Escritos., editorial, Buenos Aires: Paidós, 2012.

Gabriela López. Docente Causa Clínica. Doctoranda en la UBA. Facultad de Piscología.