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El analista y los semblantes: qué real?

Por Silvia Szwarc

El personaje de Lisbeth Salander, de la saga Millennium , fue traducida del sueco al español y conocida en nuestro país en el año 2008.

El personaje femenino de baja estatura, muy delgada, con una estética entre andrógina, gótica y punk, bisexual, cubierta de piercings, (huérfana quedó en las manos de un tutor que la sometió a su antojo hasta que logró burlarlo), se convirtió rápidamente en hacker y podía descubrir los secretos encriptados en cualquier ordenador Junto al periodista Mikael Blomkvist es un personaje de la Trilogía Millennium, publicada por el sueco Stieg Larsson. Junto a Lisbeth Salander, es elprotagonista de los tres libros que componen la saga: Los hombres que noamaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire.

Un nuevo feminismo? La protagonista de la saga, indudablemente, Lisbeth Salander, . No el periodista varón, Mikael Blomkvist, que lleva adelante la investigación. Él parece el líder, pero en realidad es un Watson y ella, la piedra preciosa de cada historia, el hilo misterioso y atrapante que las une. “La cara del nuevo feminismo”, “una nueva heroína del siglo XXI” y “metáfora de la subversión cultural”, fueron algunas de las descripciones que hicieron las reseñas de la época del lanzamiento.

Subrayo el aspecto peculiar de Lisbeth Salander, entre andrógino, gótico y punk, porque va a transformarse rápidamente en un ícono que alimentará el imaginario popular, en su radical ambigüedad, producto tal vez de la época de la inexistencia del Otro o más precisamente de la inexistencia del Nombre del Padre en tanto nudo del amor y de la ley Por el contrario, el tutor es un Otro gozador que somete a la huérfana a todo tipo de vejaciones. Es su capacidad de sobreponerse a los abusos padecidos como su enorme inteligencia y sus dificultades en los lazos que podría pensarse en un diagnóstico de asperger Tal vez por la popularidad alcanzada, a través de los libros, de las películas con un éxito de ventas casi inédito, fue que inmediatamente se convirtió en un semblante seguido por miles de jóvenes de cualquier sexo. O tal vez porque encarnaba un fenómeno de la época este semblante alcanzó tanta popularidad y e imitado por tantos.

La pregunta que me hago es relativa a la seducción que ejercen estos semblantes a a los practicantes que se topan con ellos. Cómo puede presentarse un freak y además con barba y pidiendo que lo llamen Roberta, sin que el practicante ni siquiera se atreva a parpadear Y cuidando al detalle el pronombre femenino que el personaje de barba elige como suyo?

Cómo podría este bizarro personaje anoticiarse del impacto que produce, cuando lo rechazan de distintos trabajos?

Va de suyo, se nos explica, que dentro del rubro informático, los freaks son admirados y su aspecto es signo de su eficiencia.

Lo “políticamente correcto” naturaliza cualquier discordancia, que deviene invisible. Por qué un practicante no estaría sumergido en el caldo de cultura en el que respiramos?

“En el desvarío de nuestro goce, no existe sino el Otro para situarnos”, nos dice Lacan en Televisión.

Si el practicante queda atrapado por los semblantes, que, desconectados de su real, proliferan sin sobresaltos, inmersos en el factor c1 tanto como su paciente, qué acto podría rescatar a ambos?

La supervisión se convierte en el recurso indispensable para poner a la luz, lo que se mimetiza volviéndose invisible. Y habilitando el acto analítico , apuntará a la localización del real singular que lo “políticamente correcto” encubre en los semblantes de la época dónde “todo vale”.

 

Silvia Szwarc. Docente Causa Clínica.