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La Estafa psicoanalítica

En 1977 Lacan propone que nuestra práctica es una estafa pues se funda en la duplicidad del sentido.(1) En la misma época Lacan identifica la estafa con la "Proton pseudos histérica".(2) .Nuestra práctica pensada como estafa participando de la mentira está en el mismo lugar que el síntoma, ya que el síntoma como sentido en lo real miente.
Ser estafadores es un síntoma propio de los analistas?

La "Mentira primera"
La "Proton pseudos" está en el camino de formación de los síntomas histéricos.
La captura de la sexualidad por las palabras es  la mentira histérica.
"Proton pseudos": es la estafa de la palabra que no podrá capturar el sexo.
Esta mentira primera es la afectación de sentido dada aposteriori al traumatismo.
Allí donde no hay relación sexual se produce "trou-matismo". Allí uno inventa lo que puede para arreglárselas con la imposibilidad de la estructura. El trou-matismo, el agujero de lo Real, es llenado  aposteriori con la espuma del sentido, el sujeto ubica allí su mentira.
Así se hace el sujeto estafador.
Proton pseudos es estafa."Yo llamo a lo mismo con un nombre francés"  dice Lacan, el nombre francés es croquerie.(2)
Miller en el Seminario de Barcelona proponía "El sujeto no puede responder a lo Real sino sintomatizándolo. El síntoma es la respuesta del sujeto a lo traumático de lo Real. En este sentido el síntoma es mentira. Conserva un sentido en lo Real aun cuando lo Real está totalmente separado del sentido".(3)
El síntoma sería el único trozo de Real con un sentido, como sentido en lo Real miente, el síntoma es una mentira estructural  desde el momento en que algo quiere decir de un Real sin concepto.
Si tomar la cosa en concepto es una estafa, todo lo que se dice es una estafa. No hay pensa-miento que  no esté inmerso en la mentira. No hay palabra que no hipnotice sumergiendo al sujeto en un sueño significante.
"El estado normal del ser humano es dormir. Toda la enseñanza de Lacan podría resumirse en eso" dice Miller en "Despertar". (4)
Ahora bien, si en nuestro oficio se trata de aproximar la operación del doble sentido al uso cristalizado del significante, se trata, entonces,  de resolver con las palabras. En este sentido  nuestra práctica es una estafa ya que la palabra, como decíamos,  miente lo Real.  Participamos de la mentira del significante, pues operar por el sentido es nuestra farsa.
Según Lacan no hubiese estado bien para Freud admitir que educaba estafadores. (2)
Ser estafadores, entonces, es un síntoma que hace a la práctica misma del psicoanálisis.
Un psicoanálisis satisface el deseo de dormir, dormir en la estafa significante. Deseo que no toca solamente al paciente sino al analista mismo si se abandona como dice Miller a la hipnosis al revés. Miller precisa:"El duro deseo de despertar  es contrario a la naturaleza de la práctica del psicoanálisis" (4)
Entonces la práctica del psicoanálisis como estafa es contraria al Deseo del analista como despertar.
El automaton propio de la práctica analítica ha fatigado  a pacientes y a analistas.
Ha tenido también efectos de banalización en el tejido social.
Si bien el Otro social rechaza lo que resulta subversivo  necesita cierta  novedad en las formas. Necesita alternativas  para vestir lo real. De hecho las formas pasan de moda.
 El psicoanálisis como mero automatón, como discurso hipnótico, puede también, perteneciendo al mundo de la estafa, de la moda, encontrarse un día "out of fashion".  
La paradoja  que el  acceso obligado a lo Real sea través del significante, que lo miente con sus efectos de sentido, pone a la práctica del psicoanálisis en un atolladero.
El psicoanálisis sólo puede operar por la puesta en forma de lo Real del  síntoma. Es por el engaño de los efectos de sentido que se opera.
Operando por el engaño, puede la práctica del psicoanálisis ir más allá de redoblar la maldición sobre el sexo? (6)
El psicoanálisis puede ser una estafa pero no es cualquiera, es una estafa que está en relación a la duplicidad del sentido. Así , dice Lacan, no es más estafa que la poesía misma.
En la poesía hay  un efecto de sentido más un efecto de agujero. Se juega una verdad. La poesía ejerce una violencia inocente en el uso cristalizado del significante. El Deseo del analista no es un deseo inocente. El despertar a lo Real se escribe por la fuerza.
La invención psicoanalítica:
Pasar a lo Real operando por el engaño es la apuesta propia de nuestra práctica.
Práctica que ha de ir más allá de la impotencia fálica que dejaría al sujeto analizándose de por vida.
"Sólo es seguro que uno esté despierto si lo que se presenta y representa no tiene ninguna especie de sentido" dice Lacan(1) agregamos, si se va más allá del goce fálico de la palabra.
Pasar a la categoría de lo Real implica ir  más allá de la estafa  del significante. Lacan en L’ insu aclara que implica la evacuación del sentido y a nosotros como interpretantes". (1) O sea que ni el sentido ni la interpretación , que son propios del Inconsciente, ayudarán en este pasaje a lo Real.
El análisis  es un largo "camina-miento", afirmaba Lacan, haciendo alusión a este camino de mentiras y proponiendo luego: "Sólo lo material escapa a la estafa", "lo material-no-miente"(1) Allí, en el mismo funcionamiento del lenguaje algo pasa. Las palabras tienen un alcance, un sentido, esta es la idea de nuestra práctica. (1) El alcance de las palabras está justamente en lo que del sentido huye, hay un alcance de las palabras que  obedece a la materialidad del significante, a aquello que nada quiere decir.
La materia inicial con que todo síntoma se nutre, su ombligo es cono decíamos, lo sexual como traumático, la no relación. De esta materia hay una refracción en el sentido. De esta refracción nos servimos para hacer con lo material que nos habita.
Saber hacer con lo material que nos habita sirviéndonos de la estafa del significante es lo que nos permite desembrollar el síntoma propio de la práctica analítica.
Lo material que nos habita es algo con lo cual no tenemos relación, eso que no responde en el lenguaje. Qué tipo de saber podría hacer algo con esa cosa que no responde bajo ningún sentido?
Evidentemente no es un saber que habría en el Otro.  No es un saber parásito, es un saber que se inventa.
No se trata de sabiduría ni de inteligencia para el analista, un saber inteligentemente inventado no exime de la debilidad mental. Hay saberes que se inventan para llenar un agujero en lo Real. Pero no se trata en nuestra práctica del aplanamiento propio del pensamiento pues esto es lo contrario de alcanzar un trozo de Real.
"No sólo allí donde hay un agujero sino por ese agujero mismo se puede avanzar en lo que inventamos de Real. Esto es lo único de Real que tenemos" dice Lacan.(5) Este es el verdadero peso de la invención de un saber: avanzar por el agujero de lo Real.
Sólo un saber asegurado de lo imposible es contrapeso al maldecir del lenguaje y del Inconsciente dice Colette Soler (6). Saber hacer con lo imposible de la estructura.
Saber hacer que provoca saber hacer.  Es del orden del acontecimiento, no de la educación.
Entonces en nuestra práctica no se trata de interpretar sino de provocar el entusiasmo de despertar.
Cuando la práctica del análisis deja de ser invención, adormece su aspiración por lo Real.
Ir más allá de la estafa del significante con el arte del cual cada uno es capaz sería  la salida posible de esta paradoja que la práctica misma del psicoanálisis plantea.
Está en cada uno de nosotros, además,  encontrar un  modo de presencia en la ciudad que resuene más allá de los sentidos sabidos, más allá de la estafa en la que todos estamos embrollados. Hacer sonar nuestro arte en el caldo de lenguaje que es la cultura es nuestra responsabilidad.

Mirta Berkoff - Trabajo presentado en las VI Jornadas anuales de la EOL

Notas
(1) J. Lacan, Sem XXIV.,  inédito
(2) J. Lacan, "Palabras sobre la histeria",  traducción de "Petites Ecrits et Conferences " 1945-1981,  sin indicación editorial
(3)J.A.Miller, Seminario de Barcelona, Freudiana N ° 19, Difusión Paidos,1997
(4)J. A. Miller , "Despertar", Matemas I,Ed.Manantial, 1987
(5)J. Lacan, Sem XXI, inédito.
(6)Colette Soler ,"La maldición sobre el sexo",Publicación de Intercarteles del Litoral,1997